martes, 9 de octubre de 2007

Van pasando los años


9 de Octubre, van pasando los años...


Hoy es un día que dedico a recordar todo lo que mi mente puede almacenar de los años que hasta ahora he vivido. Obviamente, de aquella incipiente infancia apenas guardo recuerdos, aunque sí que recuerdo olores y sabores, y también anécdotas que mi madre contó cuando ya la incipiente infancia se convirtió en adolescencia y posteriormente en mi falsa madurez (ya se sabe que ciertas historias siempre se cuentan en las reuniones familiares, por lo que no es un ejercicio muy complicado poder recordarlas), y es que en el fondo soy un Peter Pan frustrado, creciendo sin querer crecer...


Hoy, recuerdo a mis dos abuelos, no me acuerdo de la fecha de su fallecimiento, recuerdo cómo fue ese día y los posteriores, pero hoy especialmente les recuerdo porque no están aquí, ahora que soy consciente de lo que fueron y significaron, ahora que soy consciente de cuánto los quiero, no están aquí para abrazarlos y poder decírselo en persona. Hoy también recuerdo a mi tío abuelo Paco, que ya tampoco está con nosotros, cuya vida fue un verdadero ejemplo de cómo amar en silencio; sin proponérselo, sin hablar de ello, me enseñó las dos partes que siempre conviven con el amor, ese lado de felicidad absoluta que vive adosada a una oscuridad casi impenetrable...


También recuerdo momentos inolvidables, el primer beso, mis días en el colegio y en el instituto, aquellos amigos de la infancia y de la adolescencia con los que apenas ya no tengo contacto, mi primera novia, la primera vez que sentí un cuerpo desnudo junto al mío, mi debut profesional como bailarín, la primera vez que toqué en un teatro el cajón, mi primer viaje sin mis padres, los domingos en el campo, el nacimiento de cada uno de mis sobrinos, aquellos veranos en Tánger ... Momentos a los que puedo poner caras, sonidos, aromas, sabores, y que me transportan a situaciones de las cuales nunca hubiera querido salir, porque son esos momentos, efímeros, en los que rozas con la punta de los dedos la felicidad, y el simple hecho de acercarte a ella hace que un escalofrío recorra todo tu cuerpo, haciendo que reaccione con mayor sensibilidad a cada sensación que pueda rodearte, ya sea visual, sonora, táctil o bucal, para que seas capaz de apreciar en toda su intensidad, cada una de esas sensaciones. ¿Será por esto que la felicidad es adictiva y la buscamos con tanto empeño?


Hoy es un día especial, pero no por ser mi cumpleaños, sino porque es el día que dedico a recordar todo aquello que no quiero olvidar, a recordar a todos aquellos que un día fueron importantes en mi vida, y sobre todo a los que hoy lo son. Es un día especial, no porque sea el día en el que nací, sino porque es el día en el que empecé a aprender, a sentir en mi piel el roce del aire, a respirar los olores que transportan recuerdos, y, ojalá, el día que me toque morir, y mire hacia atrás, pueda decir, que hasta ese mismo día seguí aprendiendo de la vida, siga notando el roce del aire en mi piel y siga coleccionando recuerdos.


Hoy es un día especial, pero no por ser mi cumpleaños, sino porque es el día que dedico a refrescar mis recuerdos,para tener siempre presente que, los otros 364 días del año, los hacen especiales todas aquellas personas que me quieren y que están a mi lado.

No hay comentarios: