Me gusta el silencio, la sensación de paz y de tranquilidad que me transmite, esos momentos de sosiego, donde se da lugar a la introspección, a la reflexión... Si, me gusta el silencio, pero es tan difícil de conseguir...
Me gustan también tus silencios, tus palabras nunca dichas, tus pensamientos no contados, observarte en silencio, desde la serenidad de la ausencia de palabras que no dicen nada y que cuentan muy poco... Si, también me gustan tus silencios, pero también son difíciles de conseguir
Me gustan los silencios compartidos, en los que la única expresión sonora es la música del latido del corazón, al compás de la respiración, donde la boca deja de ser un instrumento para la vocalización de frases infinitas para convertirse en un transmisor de sentimientos a través de un beso. Si, también me gustan los besos, y como en las dos ocasiones anteriores, estos besos también son díficiles de conseguir...
Me gustan los silencios que provoca la admiración, los silencios provenientes de la observación de algo maravilloso, ya sea por unas notas que viajan por el aire para componer una melodía que viaja directamente hasta tu alma, ya sea por la contemplación de una obra de arte que nos transmite una sensación única, ya sea por escuchar tus palabras, ya sea por encontrar con la mirada la belleza de una mujer, ya sea por un cruce de miradas que se encuentran. Si, me gustan las cosas y las personas que me transmiten algún tipo de sensación o sentimiento, pero esto, al contrario, si es más fácil de conseguir, aunque sea de forma efímera.
Me gustan mis silencios, cuando son por escucharte y retener cada una de tus palabras, cuando son para no entorpecer con palabras lo que mi mirada ya te está contando, cuando gracias a mis silencios eres capaz de entender lo que el resto de mi lenguaje te está diciendo, cuando son para poder escuchar lo que mi corazón me está hablando, cuando son para entender lo que ahora estoy contando... Si, me gusta escucharte para poder entenderte y entenderme mejor.
Tengo motivos para que me gusten los silencios, porque la mayoría de las veces, cuando el silencio no viaja de la mano de la soledad, trae consigo sensaciones que no pueden coexistir con el ruido de las palabras, y esas sensaciones, sean difíciles de conseguir o no, siempre merecen la pena...
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