miércoles, 26 de septiembre de 2007

La importancia de llamarse sonrisa




Hoy me gustaría cambiar mi rutina diaria, hoy, para que fuera diferente, me gustaría hacer todo lo que habitualmente no hago.




No sé por qué, pero hoy me levanté con una sonrisa dibujada en la cara que me sorprendió al verla reflejada en el espejo. Quizás hoy soñé algo bonito, aunque me da a pensar que quizás, hacía mucho tiempo que no me despertaba con la sensación de estar contento, y por eso me sorprendió mi propia sonrisa.




Hoy los acordes de mi nueva guitarra me suenan más bonitos que nunca (gracias Papá y gracias Chache!!), suenan notas alegres y divertidas, lo que me hace pensar que quizás antes, sólo reflejaban tristeza.




La verdad, no quiero pensar, ni analizar el por qué de cada cosa, sólo sé que hoy me levanté con una sonrisa, y aunque analizar lo anterior signifique que antes estaba triste, no quiero recordarlo, ni analizarlo, hoy sólo quiero disfrutar de mi sonrisa, aunque no sé por qué sonrío, me da igual, no quiero pensar en aquellas cosas que me puedan hacer sentir triste, hoy no, sólo quiero sonreír, y compartir mi sonrisa con los demás, con mis amigos, con los que siempre están aquí a pesar de ocultarles mi sonrisa, con mi familia que siempre, de una forma u otra, me ayudan y me apoyan. Hoy quiero sentirme bien, sentir un abrazo, y otra sonrisa que nazca de la mía o viceversa. Hoy quiero hacer sentir a las personas que me importan que las quiero, y necesito sentir el cariño y la ternura de aquellos que me quieren. Hoy quiero sonreir y compartir sonrisas con los demás.




Hoy puede ser un gran día, porque, ¿acaso no merece una simple sonrisa tener un gran día?


lunes, 24 de septiembre de 2007

Feliz cumpleaños!!!


Hay personas que llegan de golpe y se ganan un sitio en tu corazón, hay algo que, aún no sabiendo por qué, es especial en ellas para ti desde el primer momento, y eso hace que, en muy poco tiempo, se forme y crezca una amistad.


Otras en cambio, van llegando poco a poco, son de esas personas que conoces hace muchos años, pero a las que nunca has tratado demasiado, aunque siempre con cordialidad, no ha habido mucho más que alguna conversación o, quizás, alguna afición en común. Pero sin darte cuenta, van entrando en tu vida y tú en las suyas, no han llegado de golpe, sino despacio, no vienen con prisas, pero vienen sin pausas, no ha habido nada especial que les haya hecho acercarse a ti o viceversa, hasta el día en el que algo relativamente normal, se convierte en algo especial, y te das cuenta que, ha nacido una amistad, una hermosa amistad...


Hoy es el cumple de dos personas, dos hermanas mellizas, que llegaron así a mi vida, sin hacer ruido, sin prisas, haciéndome reir, apoyándonos, escuchándonos y respetándonos. Dos personas maravillosas que, a fuerza de cariño y sonrisas, han logrado un hueco enorme en mi corazón y a las que quiero muchísimo. Por eso os dedico estas lineas, porque sois especiales, porque espero poder seguir felicitando a cada una, cada uno de vuestros cumpleaños, y que nuestra amistad siga creciendo cada año.


Merche, Tamara, muchísimas felicidades y no cambiéis nunca!!!

martes, 18 de septiembre de 2007

Voló una parte de mi vida


Domingo, 4 de la madrugada aproximadamente, entro por mi barrio sin ninguna esperanza de encontrar un hueco para aparcar mi coche, cuando de repente, para mi felicidad, veo que los faros de un coche encienden, por lo que me espero a que salga dicho vehículo para ocupar su lugar. No puedo ni creerme la suerte que he tenido, y con una sonrisa dibujada en mi cara, llego a mi casa y me voy derecho a la cama a descansar.


Lunes, 12 y cuarto de la mañana aproximadamente, voy hacia mi coche para dejar las maletas de mi sobrina Itziar que ya vuelve para Toledo con sus padres, tras unos días en casa de sus abuelos (que son mis padres). Abro el maletero, y para mi sorpresa, la guitarra no está allí. Como últimamente se me va la cabeza para todas partes, dejo la maleta, y me dirijo a comprar tabaco a un bar cercano, mientras le voy dando vueltas de dónde narices he dejado la guitarra, no recordaba haberla dejado en casa, ni tampoco haberla sacado del maletero desde el sábado, y menos aún el domingo. Una duda y una sospecha hicieron que me recorriera un escalofrío por toda la espalda.


Compré tabaco rápidamente, mi madre y mi sobrina ya se encontraban cerca del coche, y con ellas el resto del equipaje de Itziar, volví a abrir el maletero, esta vez, me di cuenta de que estaba todo revuelto, mis botas de pesca fuera de su bolsa, nada estaba en donde habitualmente está. Le comento a mi madre que creo que me han abierto el coche y que se han llevado la guitarra, y según estoy pronunciando estas palabras, veo que la puerta del copiloto la han apalancado. Ya no había dudas, ni sospechas, había hechos y afirmaciones. Efectivamente, me han abierto el coche, me lo han revuelto todo, han arrancado el radio cd y se lo han llevado, han accedido el maletero por los asientos traseros y se han llevado la guitarra, dejando la puerta del copiloto doblada pero sin romper el cristal. Al menos tuvieron el detalle de volver a cerrar los pestillos tras realizar su "trabajo"...


Si, efectivamente, me han robado, y no sólo cosas materiales, sino una parte de mi, de mi espíritu, de mi esfuerzo, de mi alma, de mis recuerdos, de todo aquello que sentí tocando y rasgueando las cuerdas de mi guitarra. Se han llevado parte de mi vida, y una parte que, no por el valor real, sino por el valor sentimental, era muy preciada. No era la mejor guitarra, no era la más bonita, pero portaba recuerdos y sensaciones, que sólo ella, y por ser ella, nacieron, crecieron y ahora, sin ella gran parte de ellos morirán. No diré que no perjuré, no diré que no lloré, no diré que la rabia no me invadió, no diré que habría ahogado con mis propias manos a áquel o aquellos que han cometido la osadía de robar mi guitarra, y con ella, parte de mi vida, de mis recuerdos y de mis sensaciones. Ahora esa sensación se ha apagado, no es sed de venganza, es tristeza la que me invade, y no voy a ocultar a nadie que las lágrimas se me escapan escribiendo estas líneas, por muy ridículo que parezca llorar por una guitarra...


No era la mejor guitarra, no era la más bonita, pero portaba recuerdos que ninguna otra guitarra podrá suplir...


sábado, 8 de septiembre de 2007

Sensaciones


Sensaciones, la vida está llena de sensaciones, unas alegres, otras tristes. ¿Dónde está el problema? El problema está en que aquellas sensaciones que creí desaparecidas, sólo estaban dormidas. No, no te hablo de amor, desgraciadamente, hay sensaciones, que no están hechas para ciertas personas. No te hablo de amor, al menos de ese tipo de amor, te hablo de amistad. Quizás las sensaciones de dolor, de desengaño e incluso de desilusión, ya se marchitaron con el tiempo, quizás otro tipo de sensaciones que ahora no consigo descifrar y exponer también volaron con la brisa del olvido, pero las sensaciones de tu amistad no se las llevó el tiempo, sólo quedaron enterradas por una ligera capa de arena que trajo la brisa del olvido, pero que a fuerza de respirar, volvieron a salir a la superficie. No, no te hablo de amor, no de ese tipo de amor, no te hablo desde el rencor, no queda en mi nada parecido a esa sensación, si es que algún día existió, no, no te hablo desde algún rincón escondido, sino que te hablo desde aquí, desde mi rincón solitario, para que mis palabras sean exactamente las que que quiero que sean, sin interferencias de ningún tipo, que puedan desviar la atención de mis sensaciones, y lleven a expresar algo que no es lo que realmente siento.


No, no te hablo amor, al menos de ese tipo de amor, pero si de amistad, de amistad perdida, no una, sino mil veces, y siempre vuelta a recuperar. Quizás, llegue el día en el que se pierda, y sea una pérdida eterna, sin posibilidad de recuperación, quizás hoy no sea ese día, sino el de la enésima recuperación.


Si, hoy te hablo de amistad, hoy te hablo de sensaciones, y hoy mi sensaciones me dicen que te hecho de menos...