sábado, 8 de septiembre de 2007

Sensaciones


Sensaciones, la vida está llena de sensaciones, unas alegres, otras tristes. ¿Dónde está el problema? El problema está en que aquellas sensaciones que creí desaparecidas, sólo estaban dormidas. No, no te hablo de amor, desgraciadamente, hay sensaciones, que no están hechas para ciertas personas. No te hablo de amor, al menos de ese tipo de amor, te hablo de amistad. Quizás las sensaciones de dolor, de desengaño e incluso de desilusión, ya se marchitaron con el tiempo, quizás otro tipo de sensaciones que ahora no consigo descifrar y exponer también volaron con la brisa del olvido, pero las sensaciones de tu amistad no se las llevó el tiempo, sólo quedaron enterradas por una ligera capa de arena que trajo la brisa del olvido, pero que a fuerza de respirar, volvieron a salir a la superficie. No, no te hablo de amor, no de ese tipo de amor, no te hablo desde el rencor, no queda en mi nada parecido a esa sensación, si es que algún día existió, no, no te hablo desde algún rincón escondido, sino que te hablo desde aquí, desde mi rincón solitario, para que mis palabras sean exactamente las que que quiero que sean, sin interferencias de ningún tipo, que puedan desviar la atención de mis sensaciones, y lleven a expresar algo que no es lo que realmente siento.


No, no te hablo amor, al menos de ese tipo de amor, pero si de amistad, de amistad perdida, no una, sino mil veces, y siempre vuelta a recuperar. Quizás, llegue el día en el que se pierda, y sea una pérdida eterna, sin posibilidad de recuperación, quizás hoy no sea ese día, sino el de la enésima recuperación.


Si, hoy te hablo de amistad, hoy te hablo de sensaciones, y hoy mi sensaciones me dicen que te hecho de menos...


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Una iglesia, una boda, ocho personas de pie, y entre dos de ellas cuatro palabras, sólo cuatro, y una sonrisa, una sonrisa maravillosa que recuerda viejos tiempos.
Esto es lo que he recordado al leer tu post, ¿lo recuerdas?

Anónimo dijo...

Por cierto, precioso post, de veras, me ha encantado.

Carlos dijo...

¿Cómo voy a olvidarlo? Como bien dices, sólo fueron cuatro palabras, pero a veces más palabras sólo entorpecen, cuando comprendes que aquello que un día se deja dormir y descansar, para poder aclarar, enfocar y valorar sentimientos yuxtapuestos, aunque no necesariamente enfrentados e irreconciliables, ya ha descansado lo suficiente, es hora de despertar aquello que se dejó dormir, y esas cuatro palabras fueron las que lo consiguieron, y adyudaron a espabilar, lentamente, después de un largo periodo de descanso.

Tiempo, para regenerarse, para volver con más fuerzas, para encontrar quién eres, para ofrecer tu mejor versión a aquellos que demuestran lo que te quieren, a pesar de los momentos bajos, de los momentos de tensión, a pesar la crispación y los nervios por una situación concreta. Tiempo para volver con la suficiente conciencia y humildad para reconocer errores pasados, asumirlos, y sobre todo olvidarlos, tiempo para poder ofrecer, al menos, lo poco o mucho que soy, pero para poder ofrecerlo sin ningún tipo de duda ni de complejo.

La amistad tiene muchos enemigos, pero el peor de ellos es uno mismo. Sólo desde la capacidad de autorreflexión, desde la necesidad de comprender actos propios y ajenos, se llega a la conclusión de lo importante que es o deja de ser una persona en tu vida.

Tiempo, sólo era eso, sólo se trataba de eso, de tiempo, no para olvidar, sino para volver a empezar con las suficientes fuerzas y con sentimientos renovados sobre una base que fue cimentada hace mucho tiempo, y que parece volverse más fuerte y sólida cuantas más dificultades ha de pasar. Quizás el tiempo no cure heridas, ni tampoco ayude a olvidar, pero si ayuda a reflexionar, comprender y valorar, y desde la perspectiva de mi humilde reflexión, así tiene más valor, aprendes sobre tu pasado, de tus batallas ganadas y de aquellas en las que perdiste, aprendes de tus errores, aprendes algo más de ti mismo y creces un poco más. No se trata de esperar a que el tiempo te ayude a olvidar, sino de asumir e interpretar aquellas cosas que sucedieron para aprender de ellas y mejorar.

Olvidar es absurdo, cuando la vida está llena de recuerdos que se hacen necesarios para ser capaces de apreciar y disfrutar más aún del presente.

Me alegra muchísimo que te haya gustado el post.

Tiempo, sólo se trataba de tiempo...