martes, 24 de julio de 2007

Vida, muerte y más allá


A veces, en determinados momentos de la vida, uno se pone a pensar qué habrá después de la propia vida en la Tierra, qué habrá más allá de lo que dejamos aquí. Supongo que todos estos pensamientos vienen o se generan a partir de conocer la noticia de que alguien conocido, ya sea un ser querido o una persona más o menos cercana (siempre me impacta bastante una noticia de este estilo), se ha marchado. Supongo que es ésto lo que nos hace reaccionar y pensamos en qué será de esa persona ahora que no está, y obviamente, qué será de nosotros cuando no estemos aquí.




No es algo nuevo este pensamiento, ya desde muy antiguo, nuestros antepasados se venían haciendo la misma pregunta, y ante la ausencia de respuestas, fueron las diversas religiones las que fueron dando soluciones a algo que, aparentemente, no tiene respuesta en esta vida y que sólo sabremos una vez que hayamos muerto. Esa necesidad del ser humano de acabar con la incógnita, las dudas y el temor hacia lo desconcertante de la muerte, fue, ha sido y es, en general, aliviada por la promesa de las diferentes religiones de una vida "mejor" después de la muerte. No soy teólogo, ni lo pretendo, pero a mi forma de entender, ahí está la verdadera fuerza de las religiones, no en sus enseñanzas ni en sus normas de conducta, ni si quiera en la fe de la creencia de uno o varios dioses, sino la fe en la creencia que después de muertos seguiremos vivos.




Egoístamente, todos queremos que nuestros seres queridos se queden siempre con nosotros, y que nosotros estemos siempre con nuestros seres queridos, cuesta aceptar la pérdida de alguien a quien quieres y que tiene cierta importancia o relevancia en tu vida, y nos cuesta aceptar que esa persona se ha ido, y más aún si no se tiene la fe de que "esté donde esté", estará en un sitio mejor y esperándonos cuando a cada uno de nosotros nos llegue el momento. Aunque en estos casos, al final se me replantea una pregunta, ¿realmente existirá algo después de esta vida?, ¿y si no existiera?. Lloramos cuando se nos va un ser querido (en algunas culturas no lloran la pérdida de alguien, sino que celebran su muerte con alegría porque ha pasado a formar parte de otra vida mucho mejor que la que vivimos aquí), y esperamos poder volver a verlo cuando nos llegue el momento de irnos de este mundo para poder decirle aquellas cosas que no dijimos, para poder abrazarle de nuevo, para decirle lo mucho que le queremos, etcétera, etcétera... Pero, y si no fuera así, si no existiera esa posibilidad, creo firmemente que es en esta vida donde hay que demostrar, decir, abrazar y amar a nuestros seres queridos, es aquí donde debemos aprovechar cada una de las ocasiones que tenemos para no dejar el resquicio de la duda, del olvido, del silencio y de la lejanía a aquellos a quienes queremos, es aquí donde tenemos que vivir como si no hubiera más vidas, como si no existiera nada más, aunque creamos firmemente en cualquier tipo de vida después de la muerte, si no aprovechamos esta vida, será una vida gastada inútilmente, será una vida vivida por el simple hecho de estar esperando otro tipo de vida, por lo que, sin querer, le estamos quitando protagonismo e importancia a nuestra propia vida y sobre todo a nuestra propia felicidad.




No temo a la muerte, o quizás y sería mejor decir que no temo a mi propia muerte, no me preocupa morir, me preocupa no haber vivido esta vida de la mejor manera posible, no haberla disfrutado lo máximo posible, no haber querido y amado lo máximo posible antes de que llegue el momento, inevitable, de abandonar esta vida para ir a donde haya que ir...

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