
Tic tac, tic tac, suena el metrónomo, tic tac, tic tac, marca un compás, tic tac, tic tac, sólo debes de seguirlo. Qué fácil y qué complicado a la vez, siempre oigo decir que tocar el cajón es fácil, siempre oigo decir que no puede ser tan complicado, pero después de tocar, casi siempre oigo el mismo comentario, "es increíble que de ese instrumento salga música" o "vaya, parecía más fácil cuando sólo miraba cómo tocabas, pero ahora que lo he intentado no es tan sencillo..."
Percusión, ritmo, compás, soniquete, son palabras que se te meten en la sangre, corren por tu cuerpo y llegan hasta tus manos para hacer sonar un instrumento tan divertido de tocar en grupo y a la vez tan desagradecido de tocar con otros instrumentos. Siempre por detrás, siempre marcando el compás, sin destacar en volumen, pero creando ambientes antes nunca soñados por un guitarrista o por una voz flamenca, sin sobresalir por encima del resto de instrumentos, pero matizando cada una de las notas que salen de las cuerdas vocales de una cantaora o cantaor, o marcando con fuerza el rasgueo de una guitarra.
No sé de dónde me vino la afición, no sé en qué momento se metió tan adentro de mi que ahora soy incapaz de escuchar música sin estar pensando en cómo tocaría el cajón en esta o aquella canción, o cómo acompañaría esas bulerías que están sonando ahora mismo... No sé de donde vino, pero me alegro de que viniese, ahora es parte de mi vida, me siento vivo cuando toco, poder transmitir mis sensaciones, mis motivaciones, destacar cada uno de los matices que me llaman la atención de cada una de las canciones que acompaño, sin la necesidad de hablar para explicárselo a aquella persona que quiera escuchar, no hay nada peor que explicar con palabras sentimientos, no hay nada peor que estropear un momento musical con sonidos fuera de tono, con palabras disonantes que nada tienen que ver con aquello que estás escuchando. Si todo en esta vida se pudiera hablar sin hablar, sólo escuchando una música y exteriorizando aquello que te hace sentir, probablemente la mayoría de las personas discutirían menos, habría menos malos entendidos, sería todo más fácil....
No sé por qué me enamoré de la música, ni cuando, ni como ni en qué momento exacto, pero hoy es mi fiel amante, hoy mi cajón me ayudó a aprender que cuando callas,sólo escuchas, te dejas llevar por las notas y acaricias acompasadamente tu cajón, dices exactamente aquello que realmente sientes... No habla tu cabeza, habla tu corazón...