domingo, 8 de marzo de 2015

Cuando me amé de verdad...

Cuando me amé de verdad, comprendí que en cualquier circunstancia, yo estaba en el lugar correcto y en el momento preciso. Y entonces, pude relajarme. Hoy sé que eso tiene nombre… autoestima.

Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y mi sufrimiento emocional, no son sino señales de que voy contra mis propias verdades. Hoy sé que eso es… autenticidad.

Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera diferente, y comencé a ver que todo lo que acontece co...ntribuye a mi crecimiento. Hoy sé que eso se llama… madurez.

Cuando me amé de verdad, comencé a comprender por qué es ofensivo tratar de forzar una situación o a una persona, solo para alcanzar aquello que deseo, aún sabiendo que no es el momento o que la persona (tal vez yo mismo) no está preparada. Hoy sé que el nombre de eso es… respeto.

Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable: personas y situaciones, todo y cualquier cosa que me empujara hacia abajo. Al principio, mi razón llamó egoísmo a esa actitud. Hoy sé que se llama… amor hacia uno mismo.

Cuando me amé de verdad, dejé de preocuparme por no tener tiempo libre y desistí de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro. Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a mi propio ritmo. Hoy sé, que eso es… simplicidad.

Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y, con eso, erré muchas menos veces. Así descubrí la… humildad.

Cuando me amé de verdad, desistí de quedar reviviendo el pasado y de preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez. Y eso se llama… plenitud.

Cuando me amé de verdad, comprendí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi corazón, es una valiosa aliada. Y esto es… saber vivir!
No debemos tener miedo de cuestionarnos… Hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas.

Charles Chaplin

Cómo, cuándo, por qué

Miré al mundo, o al menos al que yo creí conocer, y lo vi diferente, no sé si porque lo miré con otros ojos o quizás porque había llegado el momento de mirar y observar de verdad y detenidamente.

El caso es que fuera como fuese, ese mundo, mi mundo, cambió desde entonces. La ausencia de personas que fueron importantes, la falta de personas que siguen siendo importantes, la entrada de nuevas personas que quizás lo lleguen a ser, me hacen ver lo que me rodea con otra perspectiva, con otra mirada. El mundo cambia, mi mundo cambia, e inevitablemente yo cambio con él.

Quizás el consejo que más he recibido en estos últimos meses es volverme egoísta, pensar de una vez en mi y olvidarme un poco de los demás. No creo haberlo conseguido, sólo sé que he visto que mi mundo es egoísta en un porcentaje altísimo de ocasiones. Salvo en casos y momentos puntuales, nadie tiene tiempo para nadie, nadie está para nadie incondicionalmente, ya sea por falta de tiempo, por otras obligaciones, por otras prioridades o preferencias, y sea cual sea la razón o la motivación de cada cual, el resultado final es que algunos están al menos cuando la ocasión es importante, aunque sólo sea un instante, otros sin embargo apenas aparecen, embutidos en su espiral de egoísmo...

Mi mundo cambia quizás porque he sido consciente de lo que está sucediendo a mi alrededor, tengo una visión con más perspectiva porque he conseguido alejarme y coger altura para ver más nítidamente las cosas. Y entonces llegó la reflexión que me está atormentando el alma. ¿Es mi mundo el que cambia o soy yo quien lo veía tergiversado, atrofiado, deformado a mi antojo y a mi gusto, a lo que yo quería ver? ¿O quizás es que todo ha ido cambiando y no lo supe ver antes?

Mi cabeza gira y gira, mi mente no para de dar vueltas, y salvo escasos momentos del día en el que consigo centrar mis pensamientos en algo vano pero placentero, las reflexiones, las ideas, los sentimientos, las divagaciones, las teorías, los recuerdos, las ilusiones muertas, los planes de futuro, la creación de nuevas perspectivas y lo más difícil, buscar nuevas ilusiones se entremezclan en un cóctel explosivo en mi cabeza que no me deja parar.

Cómo cambió todo, no lo sé exactamente, aunque en gran parte intuyo la razón, porque si mirando el mundo en el que vivo, y viendo cómo recompensa este mundo a quien intenta ayudar más que ayudarse si mismo, puedo entender dos cosas, la primera que es el mayor motivo para que el egoísmo triunfe, y la segunda que nadie está dispuesto a dar lo mejor de si mismo si no hay una meta que alcanzar, si no hay algo que lograr, y además a corto plazo, porque a nadie le interesan ya las metas a medio o largo plazo. Primera reflexión, primera conclusión y primera decepción, nadie ama por amar, sino que se ama esperando siempre algo más, se da según se recibe, se aporta según te aporta, se quiere según te quieren... Hasta en esto triunfa el egoísmo...

Cuándo cambió todo, tampoco lo sé exactamente, señalar un momento concreto es complicado, sobre todo cuando un porcentaje alto no depende de ti y sí de quien o quienes te rodean. Quizás es inútil buscar el cuándo, no se puede retroceder y actuar de otro modo cuando las cosas fallan, aunque fueras capaz de mirar retrospectivamente y hallar el momento exacto, no podrás hacer nada por cambiarlo y te habrá llevado demasiado tiempo sumido en la amargura de una búsqueda que no lleva a ningún lado. Aunque como todo, siempre tiene su parte buena, si eres capaz de llegar hasta ese momento y ser objetivo y autocrítico podrás saber en qué fallaste, en qué fallaron y qué pasó. No arregla nada, pero al menos serás más consciente de ti mismo, de tus errores y de como evitarlos en un futuro. Segunda reflexión, segunda conclusión y segunda decepción, remover el pasado buscando respuestas a preguntas que te haces hoy es inútil, peor aún cuando dichas respuestas te las está tirando a la cara el presente constantemente... 

Por qué cambió todo, si lo sé, por desgracia lo sé, soy plenamente consciente de ello y plenamente autocrítico con ello. He visto mis errores, he visto cómo se me escapaban sueños como si fueran una gota de agua corriendo entre mis dedos, viendo que lentamente se desliza para precipitarse al vacío, y aunque luches por retener esa gota un poco más entre tus dedos, su final es el mismo. Nadie puede retener una gota de agua eternamente entre sus manos, tarde o temprano la gota caerá, o en su defecto acabará evaporándose y desvaneciéndose lentamente mientras la miras. He visto cómo los esfuerzos no siempre se recompensan de la mejor manera, y también he visto que los mayores esfuerzos no se hacen para los demás, sino para uno mismo. He visto que luchar más por los sueños y metas de otros te llevan al fracaso y al abandono, he comprendido que los sueños y metas personales al final son lo más importante. He visto que los sentimientos fluctúan, van y vienen, y que sólo el esfuerzo diario por mantenerlos y cuidarlos hacen posible su perdurabilidad, y aún así no garantiza que sean eternos, no depende sólo de ti mismo sino también del esfuerzo de los demás por mantenerlos. He visto el dolor de cerca, muy de cerca, me he dejado abrazar por su dulce melancolía, he rozado la locura que provoca el miedo y me he dejado acompañar por una soledad que aprieta el alma y que intenta cada día abarcar y ocupar más de mi nuevo mundo, pero he comprendido también que a este dolor te acostumbras, que el abrazo de la melancolía no reconforta para nada y si que mata lentamente, que el miedo es necesario para ser más consciente de lo que se tiene y lo que se pierde, y que la soledad sólo te acompaña si decides tú mismo que esté ella a tu lado. He comprendido que cuando no hay razones para dejar de amar la única explicación real y clara es tan sencilla como que simplemente se dejó de amar.... Tercera reflexión, tercera conclusión y tercera decepción, a veces no es suficiente con poner el mundo en las manos de otros, a veces no basta con el esfuerzo propio, a veces no se trata sólo con amar sin condiciones, sin excusas, sin miedos... Y no es suficiente, no basta y no se trata solamente de eso porque si no es recíproco, no vale de nada todo lo que hagas...

Mi mundo cambió y me piden que cambie. Vuélvete egoísta, me dicen, piensa en ti, me dicen... Y también escucho cómo me dicen que soy una buena persona, que tengo un gran corazón, que me merezco todo lo mejor... Y bien, agradeciendo y agradecido por estos elogios, ¿ahora qué? ¿Es imposible para mi ser algo que no soy o convertirme en algo que nunca fui?

Pues llega mi última reflexión, mi última conclusión y espero que no sea mi última decepción. Mi mundo cambió y lo volveré a cambiar de nuevo, no voy a crear un mundo donde el egoísmo sea la base de mi vida, no quiero un mundo donde mis ilusiones, mis sueños y mis metas estén por encima de quienes quiero, mi mundo se basaba en el amor, y mi nuevo mundo se basará en lo mismo, no entiendo y no soy capaz de entenderlo de otra manera. Compartiré mis sueños, mis ilusiones y mis metas con aquellos que quieran estar aquí, haré de sus sueños, sus ilusiones y sus metas los míos siempre y cuando ellos hagan de los míos los suyos, es la única condición que pongo en mi nuevo mundo que hoy ha empezado a andar. ¿Te apuntas?

domingo, 11 de enero de 2015

Amar, querer y enamorarse...

Amar, sencillo en principio, sentimiento nacido sabe Dios de dónde, llega, inunda todo, abarca todo, ilumina todo y hace ver las cosas, incluso las malas, como algo secundario e irrelevante. Nada importa más que amar.

Enamorarse, fácil de confundir con capricho pasajero, fácil de sentirlo momentáneamente, difícil de mantener en el tiempo si el amor que se siente no es real ni verdadero, difícil que sobreviva si aquello de lo que uno se enamora es sólo de lo efímero del cuerpo y no de lo eterno del alma.

Querer, complejo sentimiento, se hace más grande cuando luchas unido a quien quieres por resolver los problemas que la vida, inevitablemente e inexorablemente, te va poniendo, se hace más pequeño cuando priorizas trabajo, a ti mismo en vez de a la otra persona, tus proyectos y tus metas individuales a amar, a enamorarte y a luchar por las metas y proyectos conjuntos. Crece en la dificultad, muere en la dejadez y en el olvido, y lo peor es que tendemos a pensar que se deja de sentir porque sí, cuando la realidad es que se deja de sentir porque en algún momento, consciente o inconscientemente, se decidió olvidar, se decidió anteponer otras cosas y se dejó a un lado aquello que sólo y realmente nos puede hacer felices.

Si encuentras a alguien que lucha contigo por tus sueños, que te apoya en tus ilusiones, que te ayuda y te mantiene cuando te sientes demasiado débil para mantenerte en pie, alguien que no sólo te quiere, sino que te ama, que se enamora de ti y de cada gesto, de cada palabra, de tu alma, que no te corta las alas sino que intenta darte unas más grandes para que vueles más alto, más lejos y procura volar contigo a cada instante cuando lo necesitas y dejarte volar en soledad cuando tienes que emprender un camino que debes realizar por ti mismo, si lo encuentras, entonces aférrate a esa persona, incluso en los momentos en los que parezca que se quiere menos, que se ama menos, porque ese sentimiento es eterno, no muere, sólo está esperando una mirada, un gesto, un abrazo o un beso para resurgir como si nada hubiera pasado, como si no hubiera estado en letargo, como si el ayer fuera el presente y el presente no diera lugar a un mañana porque lo único que importa es el aquí y el ahora, y esto es una realidad incontestable, no hay momento más bonito e importante que vivir el ahora como lo que es, un momento único e irrepetible, que se hace aún más grande si lo vives y lo sientes amando, enamorado, queriendo...

No te amé por amarte, no te amo por amarte, te amo porque me enamoré de tu alma, de tu mirada, de lo que tu corazón me contaba, de cada gesto y cada palabra, de cada instante a tu lado, de cada beso y de cada abrazo. No te quiero más por decirlo más veces sino porque cada obstáculo salvado por los dos me hizo quererte más, enamorarme más, amarte más....

Me conformo con caminar a tu lado todos los días, un abrazo y un beso, una palabra de amor antes de dormir y un beso al despertar. Me conformo con aquello que muchos desprecian en pro de los éxitos personales y las metas individuales. Yo sólo me conformo con quererte y que me quieras, con hacerte feliz y ser feliz, con volver a ver tu sonrisa... Me conformo con amarte y que me ames...


martes, 6 de enero de 2015

Olvidando cómo recordar, recordando como olvidar

Caminando hacia el olvido sobrevinieron los recuerdos. Curiosamente, cuanto más cerca del olvido te hayas más recuerdos te asaltan.

Caminando hacia el recuerdo más borrosos se volvían, tergiversando los mismos, transformándolos sin consciencia, sin alevosía, sin premeditación, pero al fin y al cabo volviéndolos más oscuros y confusos. Curiosamente, cuanto más te acercas al recuerdo más te asalta el olvido.

Quise olvidar el dolor y el dolor se hizo más presente, quise recordar la felicidad y la felicidad se me antojó más lejana, quise olvidar la amarga sensación de soledad y la soledad me rodeó con sus largos brazos, quise recordar lo que era una sonrisa y una lágrima nació en mis ojos y recorrió mi cara.

Olvido y recuerdo, recuerdo y olvido, antagónicos e inseparables, amigos que se tornan enemigos o enemigos que se tornan amigos. Viajan juntos, siempre juntos, indisolublemente unidos. Necesarios a partes a partes iguales...

Quizás el esfuerzo hacia el olvido de un determinado recuerdo hace a éste más omnipresente, más fuerte y duradero, quizás el esfuerzo por recordar un determinado instante o sentimiento hace que lo transformemos, lo idealicemos, lo tergiversemos haciéndolo más confuso y borroso diluyendo la realidad que lo originó y acercándolo indefectiblemente al olvido.

Si olvidando recuerdo el olvido y recordando olvido el recuerdo, no queda más remedio que olvidar la felicidad y recordar el dolor, así la felicidad será más nítida y presente y el dolor más confuso y borroso. No sé si es la fórmula para ser feliz, pero juraría que se le acerca bastante...

viernes, 28 de enero de 2011

¿Qué se siente después de luchar por algo o alguien, y fracasar?


He llegado a la conclusión de que en cualquier caso al principio uno siente una mezcla de frustación, decepción, dolor e incluso rabia.

En una segunda etapa uno empieza a darse cuenta de lo poco o mucho que importaba esa lucha, y dependiendo de si merecía la pena o no, se abren diferentes posibilidades.

Si obviamos las circunstancias en las cuales merece la pena luchar, y que bajo me punto de vista, al final son pocas, y nos centramos en las ocasiones en las que luchamos por algo o alguien que no merece la pena, entonces, uno se da cuenta de la cantidad de tiempo, esfuerzo y energía que perdemos en luchas inútiles.

Y me explico. Bajo mi punto de vista, a final, el tiempo es quien te acaba enseñando las luchas que merecieron la pena y las que no, siempre y cuando, uno sea capaz de observar con una cierta objetividad y no se deje cegar por su propia transformación de los hechos. Para esto hace falta un poco de humildad, y aunque parece poco requisito, para mucha gente se convierte casi en una cima inexpugnable a la cual jamás conseguirán llegar.

Casi de la mano, con una pequeña prospección de hechos pasados, puedes darte cuenta de la cantidad de esfuerzos inútiles y vanos que se hicieron por cosas que no merecían la pena o por personas cuya mayor preocupación es redundar en su propia simpleza e ignorancia, siendo incapaces de ver o valorar lo que se les ofrece a su alrededor, salvo cuando ésto coincide con sus necesidades momentáneas y básicas de felicidad pasajera y redundan en su propio beneficio, incapaces de entender el altruísmo o la magnitud de palabras como amor, sentimiento, apoyo incondicional, etc, etc...

Y llegamos a la última etapa, a la que nos hace llegar el tiempo, con su manía de despejar mentes y curar heridas invisibles pero que sí que son capaces de dejar cicatrices, que a quien observa someramente intuye, y quien te ama ve nítidamente.

Y en esta fase, uno descubre que casi todas las luchas por personas, jamás debieron iniciarse, porque quien merece la pena y alberga algún tipo de sentimiento hacia a ti, nunca te dejaría luchar hasta el punto de decir, "basta" y caer agotado.

Y casi todas las luchas por aquello que queremos conseguir, tampoco merecen la pena, si con ello sacrificamos gran parte de lo ya conseguido, u obliga a dejar en el camino a aquellos a quienes dices apreciar.

Ahora, los sentimientos de frustación, decepción y dolor, se convierten en una sonrisa, al descubrir que, aquellos que son simples e ignorantes, lo seguirán siendo toda su vida, incapaces de ver más allá de sí mismos, son a su vez incapaces de ser felices, adorando placebos que crean a su alrededor para sumirse más aun en la hipocresía de creer que conocen la felicidad porque saben sonreir, en un acto más de egocentrismo, sin darse cuenta de que la felicidad es imposible, si no ayudas a los que te rodean a ser felices.

Y la sonrisa se convierte en risa cuando uno se da cuenta de que estaba rodeado de intrigas palaciegas, mentiras, cinismo, egoísmo, hipocresía, ignorancia, falta de educación, envidias y de otras tantas "cualidades" que aportan mucho al empozoñamiento y nada beneficioso como persona, que no queda más remedio que reir cuando uno se siente liberado de compañías tan poco deseosas hoy, aunque ayer fuesen compañías anheladas.

Y la risa se convierte en carcajada cuando la reflexión te lleva a darte cuenta de lo estúpido que fue el esfuerzo empleado en luchar por nada, porque nada tenían que ofrecerte que mereciera la pena...

Hoy sólo me queda reir, y mucho, alegrarme, y mucho, de tener en mi vida a gente diametralmente opuesta a aquellas que se describen un poco más arriba, y de tener lejos, o no tener cerca, a aquellas que se parecen sospechosamente a todo aquello descrito anteriormente. Y todo ello sin necesidad de mentir a nadie para que "crean mi parte de la historia", sin amenazar, sin odiar y sin moverme por la rabia, los celos o la envidia...

Si no hay nada bueno que se pueda o se quiera decir, el silencio es la mayor muestra de respeto hacia una relación muerta.

lunes, 31 de mayo de 2010

Dedicado a ...

Para los que se creen diferentes porque creen tener un don. Para los que se enorgullecen de sus errores. Para los que nunca piden perdón. Para los que culpan a los demás de sus defectos. Para los que la soberbia y la prepotencia no son ni malas formas, ni un defecto en ningún caso. Para los que creen que detrás de ellos ya no existe nada y en sus manos está la verdad absoluta. Para aquellos cuya mayor virtud es el eogísmo y su peor defecto tratar de esconderlo. Para aquellos que traicionan a quien sea con tal de salir siempre beneficiado. Para aquellos que hablan a la espalda y nunca dan la cara. Para los que meten cizaña, incluso, entre sus propias "amistades". Para los que callan cuando han de hablar y hablan cuando han de callar. Para los que "negocian" con "amigos" en pro de un beneficio propio. Para los que no aportan nada. Para los que aportan envidias y egoísmos. Para los que se creen imprescindibles. Para los que lo único que les importa es salir bien en la foto. Para los que jamás lucharon por nada ni por nadie. Para los que no saben escuchar. Para los que no saben ayudar. Para los que nunca están cuando se les llama y siempre están cuando no se les necesita. Para los que se apoyaron en un árbol cuando estaban cansados y lo quemaron cuando se recuperaron. Para los que nada tienen y creen tenerlo todo. Para los que no dan nada y creen darlo todo.

A todos ellos, les dedico este minuto de silencio, este momento de reflexión y mi más sincero pésame por vender su corazón y matar a su alma y cualquier sentimiento que de ellos nazcan, en beneficio del egoísmo y la razón de su sinrazón... Rescue in Pacem

martes, 22 de diciembre de 2009

Frío...


Hay historias que es mejor no contar, ya sea por respeto a aquellos que la vivieron y no desean sentirse desnudos ante la mirada de quienes, sabiendo una pequeña parte, enjuiciarían y valorarían su vida, rasgando ropa y piel con palabras y conductas hirientes, o ya sea porque hay vidas, que son tan insulsas que no hay nada que contar. Curiosamente, los que tienen este tipo de vida, son los que suelen intentar rasgar y herir, metiéndose y encizañando en la vida de los demás...


A veces, intento comprender ese ansia de las personas por devorar ídolos, personas y personajes, y todo aquello en lo que puedan ver reflejado todas sus frustaciones, deseos y anhelos... Pero no lo comprendo. Si alguien consiguió ser feliz, ¿por qué no tomarlo de ejemplo para intentar llegar hasta ahí?, ¿por qué el esfuerzo siempre es mayor para destrozar lo que otros lograron, en vez de orientar esa energía en alcanzar los sueños y metas de cada uno?


Indudablemente, no siempre llegaremos a tener todo aquello que anhelamos y que otros tienen, pero no siempre el objetivo final es llegar a la meta, sino que muchas veces al valorar lo que hemos conseguido intentando alcanzar nuestro sueño, resulta ser mucho más valioso que el propio deseo que queríamos alcanzar. Muchas veces nos enseña más el camino que recorremos para llegar, que el premio que pudieramos recoger en la meta.


Siento vergüenza ajena de ver hasta dónde hemos llegado, hasta qué punto la hipocresía y la mentira, pueden hacernos verdaderos devoradores de programas televisivos o radiofónicos, cuyo único fin es elevar a unos a costa de hundir a otros y viceversa. ¿Cómo es posible que programas como Sálvame o la Noria, entre otros muchos, puedan tener tanta audiencia? ¿Cómo es posible que la gente sepa tanto de la vida de "Fulanito" con "Menganita" y, sin embargo, no sepan nada o muy poco sobre la reunión (fracasada) para llegar a un acuerdo sobre las medidas a tomar para frenar el cambio climático? ¿Cómo es posible que nos interese más cotillear que echarnos a la calle para protestar por la situación caótica de la política española, o por la incesante subida de los precios, por la subida del IVA, por las medidas adoptadas por el Gobierno para "paliar" la crisis que afectan directamente a la economía de cada familia?


Quizás yo me preocupo demasiado, pero imagino el mundo dentro de 30 años y no me gusta en la dirección que va... ¿Qué verán mis sobrinos y los hijos que tengan, mis hijos, si algún día los tengo, y mis nietos? ¿Qué les vamos a dejar? ¿Cómo vivirán? ¿Qué quedará?... Sólo sé que cada vez que lo pienso, me siento frío, mucho frío...

martes, 15 de diciembre de 2009

Y si?


Y si en vez de gritar, susurraras...

Y si en vez de enfadarte, pensaras...

Y si en vez de huir, te acercaras...

Y si en vez de callar, hablaras...

Y si en vez de odiar, amaras...

Y si en vez de hundirte, volaras...

Y si en vez de hablar a destiempo, callaras a tiempo...

Y si...


Cada vez estoy más convencido de que, en muchas ocasiones, los problemas que vemos en los demás son reflejos de nuestros propios miedos. Cada vez, sin duda alguna, obviamos cualquier raciocinio que empiece por una autocrítica o al menos, por una introspección interna del problema, y no buscando y rebuscando culpables fuera. Quizás, al final, no quedaría más remedio que admitir los errores externos, pero siempre partiendo de la certeza que da el pensamiento de haber razonado antes nuestro grado de culpa... Si buscas un mundo perfecto del cual seas tú mismo el centro, recuerda que, mucho antes que tú, murieron Dioses que también se creían el centro del mundo, porque al final, hasta el más humilde y servil, acaba revelándose contra si mismo y contra el mundo que no le deja llegar a ser lo que realmente es...


viernes, 9 de octubre de 2009

Tal día como hoy...

Lástima que mis recuerdos no alcancen al primer día, porque tal día como hoy, vine al mundo, para alegría de algunos, y, supongo, que no tanta para otros (imposible caer bien a todo el mundo, comprobado... je je)...

33 años dan para mucho, además, es una cifra con mucho simbolismo. 33 años vivió Jesús de Nazaret, uno de mis personajes históricos favoritos, pero no confundir ésto, con fervor cristiano. Y sí, dan para mucho, aunque para algunos apenas habré empezado a andar, y para otros ya empiece a ser un "señor", me alegro de haber llegado a esta edad en el momento en el que estoy. Y a pesar de que algunas cosas no están como yo quisiera que estuvieran, hay una, por encima de todas, que colma con creces todas mis expectativas, superándolas y haciendo que cualquier problema parezca finito y de poca importancia... Gracias mi vida, por hacerme llegar pletórico a estos 33 años...

Hoy es mi cumpleaños, tal día como hoy nací, tal día como hoy mi madre me dio mi primer abrazo y mi padre el primer beso... Hoy, pase lo que pase, seguro que será un día maravilloso, porque hoy la sonrisa acompañará cada uno de mis pasos...

Gracias a todos los que han caminado o siguen caminando a mi lado por ayudarme a aprender durante todo este tiempo, y gracias también por lo que me sigáis enseñando, por estar ahí, apoyarme y por aguantarme... Y a los que ya no están o se quedan lejos (consciente o inconscientemente), también gracias por ayudarme, en mayor o menor medida a llegar hasta aquí...

Ojalá sigamos este camino todos juntos durante un tiempo infinito, aunque será difícil, pero el desánimo no acompaña mis pasos, porque sé seguro, que, con al menos mi niña y mi familia, seguiremos andando juntos eternamente...

viernes, 17 de julio de 2009

Hacia dónde vamos?

En ocasiones, a veces nos sentimos desplazados, como fuera de lugar, con la sensación de que, sin haber hecho nada extraño, raro o fuera de lo común, la gente que te rodea, de repente, deja de contar contigo para lo que antes habitualmente contaba, pudiendo sólo entrar en la esquinita de sus vidas que "compartes" con ellos... Quizás no tengas culpa, quizás parte de ella, pero la sensación es, cuando menos, bastante molesta...
¨
Últimamente me siento así, en parte por mi culpa, (no creo en las culpas que viajan en una sola dirección), no puedo evitar sentirme algo desplazado, y que, quitando para alguna que otra cosa puntual, y sobre todo, para algún que otro amigo que sí que sigue contando conmigo, siento que estoy fuera de sus vidas, de sus momentos felices, de sus sonrisas, de sus tristezas, de los momentos que necesitan apoyo... Y con lo que eso conlleva, también están fuera de mis momentos...

Sé que tengo un problema en el tiempo que dedico a las reflexiones, porque quizás es amplio y extenso el que se llevan los pensamientos que nacen de ellas, sé que las cosas, aunque parezca que superficialmente no me duelen, sí que me hacen daño, y sé, a ciencia cierta que, aunque intente disimularlo, me duele este trato, y mucho...

No dudo de la categoría y de la inmensidad de mis amigos, sé que son mis amigos, y que bastaría que dijera un simple "necesito" para que estuvieran ahí, a mi lado, pero a veces, también es necesario, sin ese "necesito", sentir que están ahí, a mi lado, aunque sea en silencio y cogiéndome de la mano, sabiendo que los momentos no son fáciles y que su apoyo, a veces, se antoja primordial y necesario...

Quizás los últimos acontecimientos de este mes, quizás algunos otros sucesos que vienen de más atrás, han ido marcando una linea que diferencia unas vidas de otras, unos amigos de otros, unas prioridades de otras, dibujando un horizonte cada vez más difuso, que divaga entre el olvido y la sin razón. Y esa linea, sinceramente me da miedo...

Que a veces, alguna voz amiga salte en tu defensa, que diga con indignación que no es justo olvidar la obra realizada a favor de unos hechos puntuales perdidos ya en el tiempo, que no siempre sea el silencio de aquellas personas a las que quieres, la actitud ante algunos comentarios, que no siempre sea la misma persona la que resulta damnificada por una guerra estúpida que no tiene sentido, y que los daños colaterales de dicho enfrentamiento siempre caigan hacia el lado más débil, duele, molesta, indigna, lacera y punza allí donde más duele, donde los sentimientos son sineros porque nacen sin miedos y los golpes que reciben van directos sin posibilidad de esquivarlos, porque dichos sentimientos no conocían la necesidad de tener que esquivar algun ataque.

La verdad es que lo entiendo todo, quizás por eso callo, guardo los sentimientos y asimilo cuál es mi posición hoy día en la vida de aquellos que me importan, quizás entiendo que es más fácil no contar con uno para así, evitar una tensión en determinados ambientes, que es más fácil sentirse cómodo olvidando que allí se quedó una persona por el camino, que violento ante una posible reunión de varios conflictos y guerras del pasado...

Quizás, viendo como van transcurriendo las cosas, lo mejor es callar, olvidar, aceptar y seguir caminando cada uno por donde pueda y le dejen, agradeciendo y muchísimo, que de vez en cuando los caminos que antes iban paralelos y con el mismo objetivo, hoy de vez en cuando se crucen y así poder disfrutar de esos breves instantes, sin tener en cuenta todos los momentos en los que te quedas fuera, no porque tu camino se devie por voluntad propia, sino más bien porque los otros caminos, de repente, giran bruscamente y se separan del tuyo.

Sé que a veces he sido yo quien, conscientemente, se ha separado en determinados momentos, porque también era consciente de los gestos de tensión en la caras de aquellos que me vieron en un lugar y en un momento en el que, cuando menos, les resultaba incómoda mi presencia, por lo que voluntariamente, opté por dejar el suficiente espacio para que dichos gestos de tensión se volvieran a convertir en risas y buenos ratos, y no en vanos intentos de hacer ver una normalidad que no existe y en la que los comportamientos se vuelven erráticos e imprecisos, por no saber a qué lado han de viajar, sin darse cuenta de que no hay lados, no hay bandos, sino que dichos bandos y dichos lados los van creando y acentuando ellos mismos... Aún así, esto también lo entiendo, sigo pensando que es más fácil olvidar a uno que a varios, y no muestro reproche alguno, sólo dolor...

Y el dolor nace porque al revés no ocurre, porque esa condescendencia mostrada hacia un lado, se vuelve secretismo, silencio y abandono hacia otro, porque esa celeridad en juntarse con amigos, se vuelve torpeza y dificultad cuando se mira hacia "el otro lado"...

Si, he de reconocer, desde lo más profundo, que necesitaba desahogarme, decir lo que siento, cómo me siento, expresarlo, gritarlo al viento, pero de forma que nadie lo pueda oir. No pretendo que nadie se comporte como yo espero que debería de hacerlo, ni si quiera pretendo que alguien responda de la misma manera que yo lo haría, ni que tenga los mismos valores ni las mismas ideas, pero no puedo evitar que me duela toda esta situación, que alguien diga una mentira sobre mi, y la respuesta sea el silencio de aquellos a quienes yo, considero y siento como mis amigos, y a los que además, me une una profunda admiración por cada uno de ellos...

Quizás sólo se trate de una pataleta porque os echo de menos, quizás también sea el reflejo algo distorsionado de la realidad que estoy viviendo...

Lo que está claro es que no es un reproche hacia nadie ni hacia nada, sólo un dolor que sale desde dentro con la necesidad de que le dejen contar su pena...

viernes, 3 de abril de 2009

Ya casi hace un año...


Hola mi pequeñ@ enan@...

Ya casi hace un año. Parece que fue ayer, y sin embargo, han pasado prácticamente 11 meses desde que separamos nuestros caminos.

El recuerdo es tan palpable, que todos mis sentidos mantienen intacta la memoria que en ellos dejaste. La vista de tus bellos colores, tus miradas vivas y curiosas, el olor de tus plumas, el tacto sedoso de tu cara, y sobre todo, el sabor agridulce de aquella despedida...

Aunque no lo creas, a día de hoy, todavía no me he hecho a la idea de no verte cada mañana al levantarme, ni cada tarde al llegar del trabajo, ni a no sacarte de tu jaula a dar un paseo, ni a no oirte (hasta echo de menos esos grititos que de vez en cuando dabas). A día de hoy, todavía se me hace muy duro haber tenido que separar nuestros caminos, aunque fuera por el bien de los dos, no puedo evitar que me siga doliendo habernos separado.

Quizás, tus nuevos "papis" no te hablen de mi, no les culpes, es normal, soy yo el que se ha alejado, porque sufrí muchísimo con tu partida, y cada vez que hablamos para contarnos cómo estabas tú, yo acababa varios días echo polvo. Si, pequeñín, tu partida fue demasiado dura para mi, así que necesité alejarme para conseguir que la herida se cerrara, o al menos que dejara de sangrar a borbotones. Dicen que el tiempo cierra las heridas y las acaba curando. Al menos la mía, a día de hoy, sigue abierta, pero ya, al menos puedo hablarte sin perder la voz entre lágrimas.

Espero que algún día te lean esta carta, que lo único que pretende decirte es que no te olvido, que te echo de menos y que te quiero, aunque sea desde la distancia. Si puedes, diles a Myriam y a Ángel, que siento haber estado "desaparecido", que no es que me pase nada con ellos, sino todo lo contrario, no sabes la suerte que has tenido de tener esos nuevos papis (ya quizás te hayas dado cuenta, que eres muy lista), y explícales que sólo quise cerrar una herida que dolía mucho y necesité alejarme, y que sólo lo hice cuando pensé que ya no me necesitábais... Dales un besito enorme de mi parte a los dos, y para ti te mando el abrazo y las "pedorretas" en los mofletes que tanto te gustaban, y un besazo enorme mi pequeña....

jueves, 5 de febrero de 2009

Crisis?

Quizás, en estos momentos, en los que la situación laboral, económica y social en España está muy delicada hablar de crisis no deja de aparentar cierto oportunismo a la hora de escribir sobre el tema. Pero realmente, y sin ánimo de ofender a nadie, no quiero dejar escapar la oportunidad para hablar sobre ello.



Este blog se ha caracterizado por ser apolítico, de hecho, la orientación del mismo es diametralmente opuesta a este sentido, y por supuesto, que quiero que siga siendo así, por lo que mi idea al hablar de crisis, no va orientada a enjuiciar a un partido político u otro, ni tampoco entrar a enardecer o infravalorar decisiones tomadas por unos u otros. Simplemente el tema me preocupa, y bastante...



Me apena ver que, lo que nos hicieron creer como un bienestar social, se ha convertido en una falsa, en un globo que se hinchó tanto, que explotó en la cara de quien insuflaba con sus pulmones aire pensando que aquello no tenía fin. Nos hicieron creer que, con sueldos muy inferiores a las potencias europeas, y con el euro, el español de a pie no perdería poder adquisitivo, nos hicieron creer que, España estaba entre esas potencias europeas y que por lo tanto, los costes de la vida debían de equipararse a los costes de dichas potencias, nos hicieron creer que ser "europeos" (¿acaso no lo éramos antes del euro?) no nos reportaría más que beneficios, nos hicieron creer tantas cosas, que al final nos creímos incluso, aquellas que no nos contaban pero que imaginábamos cada uno en nuestra casa...



Al final, el cuento se rompe, arde por sí sólo por combustión espontánea, harto de sí mismo, de sus mentiras, de no creerse ni lo que él mismo cuenta, dando lugar al caos, al derrotismo, a la sensación de impotencia, de amargura, de dolor de quien lo estaba leyendo, y soñaba con un mundo maravilloso y creía en las palabras que sus ojos recibían y su mente procesaba como buenas, para llegar al final y darse cuenta de que todo aquello, finalmente es una mentira, no sé si piadosa o no, pero mentira al fin y al cabo.



Hoy en día, lo sueldos no sólo no se han equiparado a la media del nivel europeo, es casi irrisorio oir hablar de que la clase más mayoritaria de trabajadores son los mileuristas (submileuristas diría yo...), y encima se han triplicado (¿¿¿¿sólo???) los gastos que se soportan con sueldos bajos, vamos que el poder adquisitivo medio es sensiblemente menor que hace unos años, cuando la añorada peseta reinaba en España. A cambio, y para compensar, nos seducen con maravillosas formas de pago, financiaciones escandalosas, y un millón de alternativas en las que, en los tiempos de bonanza, todos fuimos cayendo...

Ahora, todos reconocen que el mercado inmobiliario estaba inflado, que los precios no coincidían con la realidad, ni con la calidad de la construcción, que los sueldos no podían soportar la subida del euribor, los préstamos adquiridos (cómpralo, que total no cuesta nada pagarlo poco a poco...) y demás gastos (luz, agua, teléfono, calefacción, colegio de los hijos etc, etc...), porque en tiempo de bonanza financiera, todo son facilidades, pero en tiempo de crisis, al primero que se le estruja para sacar la última gota, e incluso algo más, es al ciudadano de clase media-baja, aquel "mileurista" (insisto, submileurista diría yo), que es mejor economista que aquellos que ahora estudian y hablan con tanta frivolidad sobre los pronósticos de la crisis mundial y su duración.

Falacias, mentiras, cinismo... Vivimos rodeados de intereses políticos y económicos, donde precisamente, los que no pintamos nada somos aquellos a los que nos hacen creer cada 4 años que los importantes y quienes decidimos, somos nosotros.

A la triste conclusión a la que llego es que la crisis es para los de siempre y la pagamos los de siempre. Y como siempre son los mismos a los que no les afecta para nada todo lo que pase a su alrededor, porque ya tienen la vida garantizada y asegurada...

Qué triste!!!

viernes, 19 de diciembre de 2008

Sueños de Navidad


Por la época en la que estamos, no se me ocurre mejor tema que escribir que éste. Durante este tiempo de silencio, la verdad es que tengo muchas cosas de las que me gustaría escribir, y que iré haciendo poco a poco. Pero ahora mismo, creo que es la Navidad el tema que, sin duda por el momento, merece ser el primero.


Y lo merece por muchas cosas, entre otras, porque después de que uno pierde su inocencia infantil, y deja de creer en los Reyes Magos o Papá Noel, la Navidad se convierte en unas fiestas en las que uno no sabe muy bien qué celebra más, si las vacaciones del colegio, instituto o universidad, cuando era aún estudiante, si las cañas con los amigos del día 24 o 31, si las cenas de empresa con los compañeros del trabajo o con el grupo de amigos, o las reuniones familiares con todos aquellos con los que el resto del año quizás no te reunes todo lo que deberías o quisieras. Todo esto, sin entrar a valorar el aspecto religioso que cada uno quiera darle y que no voy a entrar a analizar, ya que a dónde realmente me interesa llegar es a otro punto.


Creo que llega un momento en el que después de haber perdido esa ilusión enorme que teníamos de niños por la Navidad, y tras pasar varios años en los que las ilusiones pasaban por otros lados en estas fechas, uno vuelve a recuperar ese espíritu navideño, donde adornar el árbol, montar un belén, colocar motivos navideños por la casa, los turrones, polvorones y mazapanes que llenan despensas, y los villancicos, eternos e inamovibles, evocan momentos en los que uno siente la importancia de volver a estar cerca de aquellos a quienes amas.


Este año nos faltará alguien, mi Abuela África no estará para reunirse con todos, al menos físicamente, porque seguro que todos la tendremos presente en muchos momentos durante estas fechas, y aunque eso me entristece bastante, por otro lado no puedo evitar sentirme de nuevo con la ilusión de un niño pequeño en Navidad, fechas rodeadas de magia, de color, de grandes deseos y esperanzas para el siguiente año. Y no puedo evitar sentirme así, porque quizás he llegado a ese momento en el que aprendes a valorar todo lo que hay a tu alrededor, a las personas que llevan queriéndote desde hace tanto tiempo, que ni si quiera uno es consciente de la magnitud de dicho sentimiento. Y además están aquellas personas que, aún no formando parte de la familia desde sus orígenes se han hecho igual de imprescindibles y necesarias, y con ello absolutamente indispensables para que estas fechas sean tan maravillosas como cuando las recordaba de pequeño.


Si, estoy convencido de que estas Navidades serán de nuevo como aquellas que viví cuando aún creía que un señor vestido de rojo entraría por la noche en casa a inundarla de regalos, y donde la copa del árbol con sus adornos y sus luces me parecía inalcanzable sino era con la ayuda de mi Padre o mi Madre. Si, estoy convencido de que el espíritu navideño ha regresado para inundar mi alma de esa inocencia, de esas ilusiones y de esas ganas de disfrutar de la compañía de todos aquellos que son importantes en mi vida, creyendo nuevamente que la magia que desprenden estas fechas, serán las que hagan que todos y cada uno de los momentos se conviertan en inolvidables, y quién sabe, quizás suceda algo mágico durante estas fechas si todos volvemos a creer y a recuperar esa inocencia perdida...


Retorno

Quizás llevaba mucho tiempo sin escribir. A lo mejor mis musas me abandonaron durante un tiempo o quizás me dejé caer en el abrazo axfisiante de la rutina y la vorágine diaria en la que la mayoría vivimos, olvidando que, aquellos pequeños instantes que nos dedicamos a nosotros mismos, hacen que disfrutemos más de la compañía de los demás...

Quizás, olvidé por un tiempo que tenía un rincón donde dar rienda suelta a ideas, sensaciones, sueños o pensamientos, que, sin aspirar a ser grandes, me hacían sentir más grande, porque me ayudaba a reflejar casi todo aquello que no soy capaz de expresar con palabras. Incluso, nacieron nuevos sueños dentro de este rincón, aunque también otros murieron, pero sobre todo me ayudaba a conocer mejor mi yo más callado, áquel que casi nunca dice con palabras lo que piensa o lo que siente, sino que simplemente reacciona ante las circunstancias, y que al reflejarlo con palabras, al meditar sobre lo que escribo, me hacía comprenderme mejor a mi mismo, y, en la medida de lo posible mejorar como persona...

Quizás, me faltó tiempo, que no lo niego, pero debo encontrarlo de nuevo para seguir con este rinconcito, al que hoy he limpiado el polvo acumulado de varios meses...

Mi pequeño rincón, hoy te rescato del olvido...

viernes, 25 de abril de 2008

Tiempo


Paso a paso, poco a poco, despacio, lenta pero inexorablemente, el tiempo va ejerciendo su dominio sobre el resto de las variables que conducen los destinos...


Lentamente, el tiempo, va ejerciendo su opresora magnitud, alimentándose de sí mismo y de aquellos que lo desperdician, sobre todo lo que puedes ver y también sobre lo que no ves...


Poco a poco, el tiempo, puede hacer insensible al alma más romántica, duro al corazón más enamorado, indiferente a quien cree haber visto todo, saber todo y vivido todo lo que había que vivir.


Despacio, el tiempo junto con otras variables, como el viento y el agua, van desgastando la roca dura, haciendo que aquel macizo montañoso, quede doblegado a fino polvo y arena.


Inexorablemente, el tiempo se consume, al principio rápidamente, para al final, hacer que las agonías se vuelvan eternas y los instantes de felicidad se consuman en un momento efímero.


Paso a paso, parece que el tiempo nos gana la partida, no se puede luchar contra él, ni huir de él, esconderse es inútil, dar la cara también...


Pero el tiempo, lejos de ser una maldición, lejos de ser un mutilador de sueños, ilusiones y proyectos, esconde tras de si la virtud de la paciencia, la enseñanza de aprender a vivir, la alegría de poder seguir contando los segundos, minutos, horas y días que van pasando, esconde la madurez de quien vive en armonía con él, esconde la felicidad de aquellos que saben amar a lo largo de los años...


No hace falta correr contra el tiempo para vivir más intensamente, ya que el tiempo guarda las mejores esencias y las más intensas de la vida para aquellos que saben acompañar sus pasos del compás monótono y constante de las agujas del reloj, sin prisas pero con pasos firmes, sin miedo a no llegar o a llegar tarde. Porque aunque parezca mentira, a veces, el tiempo también espera a quien sabe esperar y aprender de él...